Valle Paralelo: sustentabilidad social, espiritual y económica

En los últimos años, las consecuencias del cambio climático y la crisis ambiental han comenzado a hacerse más presentes que nunca. El deterioro de los ecosistemas y la sobreexplotación de la tierra no solo se han traducido en un incremento incesante de la temperatura en todo el mundo, sino también en una contaminación profunda de nuestros suelos, alimentos, cuerpos e incluso mentes. Por suerte, existen proyectos como Valle Paralelo, creados por personas que escucharon atentamente estas fuertes llamadas de atención y han puesto manos a la obra para intentar revertir el daño que le hemos causado a nuestro planeta.

Al inicio, alrededor del año 1996, una familia comenzó a adquirir las 60 hectáreas de bosque mexicano que componen Valle Paralelo como un oasis para el descanso y un refugio privado de la vida citadina en Valle de Bravo. Los fundadores ya habían hecho incursiones en el mundo del emprendimiento sustentable, no obstante, fue hasta la pandemia por COVID-19 cuando decidieron radicalizar lo que ya llevaban casi una década soñando, abrir las puertas de Valle Paralelo para volverlo un proyecto de regeneración profundo: del suelo, del tejido social y de nuestras mentes. 

Más que un espacio de retiro, Valle Paralelo se define como tierra de nutrientes o land of nourishment, un centro de toma de conciencia en el que sus visitantes pueden conectar con la naturaleza para reaprender de ella. A través del hospedaje, una alimentación orgánica, libre de contaminantes y cultivada en las mismas inmediaciones, y experiencias reformadoras como terapias forestales, caminatas, visitas guiadas, spa en termas, trabajo con caballos, picnics e incluso cine en compañía de vacas, los visitantes aprenden a nutrir su mente y su cuerpo de una manera diferente. En su médula, Valle Paralelo busca guiar a sus invitados hacia la idea de que, como seres humanos, nos nutrimos de todo lo que comemos, sentimos y pensamos, y que cuidarnos implica cuidar lo que consumimos desde su origen. En la visión de Valle Paralelo, para arreglar el planeta primero debemos enfocarnos en repararnos desde adentro.

La misión de este proyecto de regenerar lo que nuestro cuerpo consume desde la raíz va más allá de la hospitalidad y la organización de vivencias transformadoras. Como parte de su servicio farm to table, el proyecto promueve la agricultura regenerativa local y el desarrollo integral de las comunidades cercanas al proyecto. Para tener un impacto más profundo y llevar comida rica en nutrientes a la mayor cantidad de personas posibles, Valle Paralelo se alió con Alma Tierra con el objetivo de ampliar el alcance de producción y comercialización de productores locales que siguen las prácticas y valores que se promueven en Valle Paralelo. A través de la producción y comercialización de alimentos orgánicos y regenerativos, Alma Tierra, Valle Paralelo, sus socios comerciales y un conjunto de marcas que colaboran entre sí con principios similares, cuentan la historia de un mundo diferente, de un mundo de resistencia en el que podemos regresar a lo básico y vivir en armonía y congruencia con la naturaleza. 

Este es un proyecto de entendimiento profundo y lento, con respeto a los ritmos de la naturaleza y de muchísimo aprendizaje. Con esa lógica, y para asegurar la sostenibilidad a largo plazo del proyecto, Addem Capital invirtió en 2024 para garantizar que el proyecto pudiera seguir creciendo de manera ordenada y con visión financiera de largo plazo. Por medio de una participación en equity y otra en deuda, Addem Capital ha traído claridad y orden a las decisiones estratégicas del proyecto, priorizando fuentes de ingreso inmediatas como la hospitalidad para cumplir con obligaciones financieras, mientras se planifican iniciativas a largo plazo como la agricultura regenerativa. Más allá del capital, el rigor administrativo y la metodología de trabajo y de impacto de Addem Capital han sido claves para darle solidez al proyecto. En Valle Paralelo, Addem Capital vio un modelo ordenado y con impacto: regeneración del suelo, apoyo a las comunidades locales y un negocio que no sacrifica valores por ganancias.

Valle Paralelo es una semilla que apenas comienza a germinar, pero los resultados de todos los esfuerzos que lo conjuntan ya se asoman: la fertilidad del suelo ha mejorado, la erosión se ha detenido y especies nativas han regresado. Los estudios ambientales que se han llevado a cabo para medir el impacto de la iniciativa demuestran que el rumbo es el indicado, pero sus fundadores saben que aún queda mucho camino por recorrer. Por eso, con el apoyo de investigadores de la UNAM, continuarán midiendo las mejoras ecológicas en Valle Paralelo para plantear alianzas con otras instituciones nacionales e internacionales con la confianza de que su modelo es efectivo y replicable. La meta a futuro para estos pioneros de la sustentabilidad en México y el mundo es inspirar a otros a adoptar prácticas regenerativas, a producir alimentos sanos libres de pesticidas y a promover una salud integral: natural, social e individual. Este referente ecológico no solo busca regenerar la tierra, sino transformar la forma en la que vivimos y nos relacionamos con nuestro entorno.

Anterior
Anterior

Fintech Index: Relación entre el crecimiento de las economías y el desarrollo del sector fintech

Siguiente
Siguiente

Liquidez, ¿y qué más?