Debt 101 for Early Stage Startups: cómo y cuándo recurrir a deuda estructurada
Cada decisión de financiamiento debe de ser, simultáneamente, una acción estratégica y una manifestación de la visión corporativa. El impacto de fondear una empresa dependerá en buena medida del modelo de negocio, la etapa de desarrollo, la rigurosidad con la que se gestionen los recursos. El instrumento por el que se opte debe ser seleccionado tomando en consideración todos estos factores. Frente a la pregunta «¿deuda o capital?», la respuesta siempre será «depende», ya que ninguno de los dos es intrínsecamente positivo o negativo, sino que ambos presentan ventajas y desventajas en función de las circunstancias.
En el evento Debt 101 for Early Stage Startups: CDMX Edition, organizado por Addem Capital, Orbit Startups y Pygma en las oficinas de Hackmetrix, escuchamos las experiencias de financiamiento de Juan Pablo Rodríguez, de Mend; Clarissa Morrison, de Ximple; y Reginald Pruden, de Coztyk. Además, Mauro Hebert, nuestro Investments Head, presentó los principales elementos a tomar en cuenta cuando se contempla la deuda estructurada como una opción de financiamiento. A continuación, resumimos los takeaways que nos permiten comprender por qué, cuándo y cómo la deuda estructurada puede impulsar el crecimiento.
Fundamentación: ¿por qué incorporar deuda estructurada?
La deuda estructurada tiene sentido cuando lo que se busca es optimizar la estructura de capital sin diluir la propiedad accionaria ni ceder control del negocio. No debe utilizarse bajo ninguna circunstancia para financiar gastos operativos diarios; su propósito es apoyar inversiones productivas que impulsen el crecimiento y la creación de valor sostenible.
Momento óptimo: ¿cuándo es pertinente recurrir a deuda estructurada?
Este instrumento debe considerarse cuando el modelo de negocio esté probado y las métricas de crecimiento sean consistentes y predecibles. En particular, es fundamental que el flujo operativo proyectado sea capaz de cubrir el servicio de la deuda sin comprometer el runway —el periodo de liquidez disponible— y que el costo del capital accionario sea lo suficientemente alto como para justificar la no dilución accionaria.
También se subrayó la necesidad de que exista una buena alineación entre el perfil de la deuda y los ciclos operativos y financieros de la empresa, ya que en modelos con unit economics débiles o ingresos volátiles, la deuda puede incrementar riesgos y generar ciclos recurrentes de refinanciamiento.
Ajuste estructural: ¿cómo articular la deuda con el modelo de negocio?
El éxito de la deuda estructurada depende de la alineación precisa entre el instrumento elegido y las características operativas y financieras de la empresa. Por ejemplo, en fintech o lending, facilidades como warehouse facilities o deuda basada en activos (ABL) permiten apalancar carteras de préstamos, mientras que en inventarios o cuentas por cobrar se prefieren instrumentos como factoring o financiamiento de órdenes de compra. Por su parte, empresas asset-light, SaaS o marketplaces suelen recurrir a financiamiento basado en ingresos o Venture Debt, y proyectos intensivos en capital emplean project finance. La elección acertada de la modalidad es esencial para maximizar el apalancamiento y mitigar riesgos.
El éxito de la deuda estructurada radica en la alineación estratégica entre el tipo de financiamiento elegido y las características operativas y financieras específicas del negocio. Asimismo, para detectar las señales de alerta a tiempo y prevenir riesgos que puedan comprometer la sostenibilidad empresarial, es indispensable un monitoreo constante de indicadores (Key Metrics) como la tasa de incumplimiento, la cobertura del servicio de deuda y el flujo de caja disponible.
La deuda estructurada es una palanca que, si se activa en el momento y bajo las condiciones adecuadas, puede potenciar la expansión y consolidación de las empresas. La clave está en contar con una visión estratégica clara, acompañada de un diagnóstico financiero sólido, que permita aprovechar sus beneficios y mitigar sus riesgos.