Deuda estructurada y legado familiar: una herramienta crítica para la continuidad empresarial en México

El ecosistema empresarial mexicano está, sin lugar para exageraciones, hecho de familias. De acuerdo con los datos más recientes del Instituto de Familias Empresarias para México y LATAM (IFEM), el 90% de las unidades económicas de nuestro país son empresas familiares, responsables de casi el 75% del empleo y alrededor del 90% del PIB. Sin embargo, detrás de estas cifras hay un desafío crítico: para la tercera generación, aproximadamente el 70% de estas empresas habrán desaparecido, y apenas un 10% logrará mantenerse en operación para la cuarta.

La sucesión en empresas familiares es un desafío global que, pese a estar ampliamente estudiado, no arroja conclusiones contundentes, aunque sí evidencia patrones críticos. Y es que hay que tener en cuenta que estas empresas, además de enfrentarse a las tensiones tradicionales, están entrelazadas con la complejidad de las dinámicas familiares.

Diversos estudios han demostrado que el momento más crítico en la historia de una empresa familiar es la transición a la segunda generación. Es en este punto donde se definen muchas de las posibilidades de supervivencia de los negocios, y donde los patrones socioemocionales más complejos se hacen evidentes. A diferencia de los fundadores, quienes suelen asumir riesgos con convicción, los herederos de segundas generaciones suelen cargar con un doble desafío: conservar lo logrado por sus padres y encontrar su propio lugar en la estructura familiar. Esta combinación suele generar prudencia: miedo a diluir el control, reticencia a asumir compromisos financieros de largo plazo y temor de que la deuda amplifique tensiones internas. 

Estas actitudes de prudencia y cautela no son inocuas: terminan influyendo directamente en la manera en que se toman decisiones financieras. Gran parte del desempeño relativamente más bajo que se observa en la transición de la primera a la segunda generación se explica por una gestión conservadora del endeudamiento. La subinversión resultante –recursos que podrían haberse destinado a crecimiento, innovación o expansión que permanecen ociosos– limita el potencial de la empresa y contribuye al estancamiento. Es aquí donde la deuda estructurada podría desempeñar un papel crítico: bien diseñada, permite financiar oportunidades sin comprometer la gobernanza ni la cohesión familiar, para transformar la prudencia de la segunda generación en una plataforma sólida para el crecimiento.

Aquí aparece un dato crucial: las terceras generaciones tienden a generar más valor que las segundas. Si indagamos en el porqué, encontramos varios factores determinantes: una mayor apertura al riesgo, la profesionalización de la gestión –con una mayor presencia de miembros externos a la familia en puestos directivos– y, por ende, el uso estratégico del endeudamiento como herramienta de crecimiento e inversión.

No obstante, estas ventajas no surgen por casualidad; son el resultado de las decisiones y la preparación de la segunda generación. Si esta última logra superar la aversión al endeudamiento y maneja de forma inteligente los recursos financieros, es posible evitar el estancamiento y la subinversión, y se sientan las bases para que la siguiente generación aproveche plenamente las oportunidades, consolide los negocios y asegure la continuidad del legado familiar.

Más allá de los números y las estadísticas presentadas al inicio, las empresas familiares mexicanas son legados, historia e identidad. La pregunta no es si se perderán, sino cómo podemos intervenir antes de perderlas. Analizar los patrones de comportamiento de la segunda generación, profesionalizar la gestión y encontrar herramientas estratégicas de endeudamiento, como la deuda estructurada, es una cuestión de supervivencia. 

En Addem Capital insistimos: quien logra combinar visión profesional, manejo inteligente de riesgos y recursos financieros adecuados puede transformar la cautela en oportunidades de crecimiento. Solo así van a perdurar, evolucionar y prosperar los negocios familiares en México.

Bibliografía

Reyna, J. M. S. M., & Encalada, J. A. D. (2016). Sucesión y su relación con endeudamiento y desempeño en empresas familiares. Contaduría y administración, 61(1), 41-57. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0186104215000790

San Martin-Reyna, J.M.; Duran-Encalada, J.A. Effects of Family Ownership, Debt and Board Composition on Mexican Firms Performance. Int. J. Financial Stud. 2015, 3, 56-74. https://doi.org/10.3390/ijfs3010056

https://www.eleconomista.com.mx/el-empresario/Empresas-familiares-deben-pensar-en-mantener-el-legado-no-ser-solo-un-negocio-20221108-0109.html

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